Hace poco, decidí salir en bicicleta con una amiga, y aprovechando que pasábamos cerca, decidí llevarla a PANCRACIO para que lo viera, pero era Domingo, y cuando llegamos, evidentemente estaba cerrado.
Ella llamó varias veces al timbre, y después dijo "¿Seguro que está cerrada?", puso la mano en el picaporte, empujó y la puerta se abrió.
Nos quedamos como congelados, sin saber qué hacer. A final pasó un señor por allí, y le dijimos qué pasaba. Inmediatamente llamó a la policía, que vino media hora después a ver lo que había ocurrido, entonces llegó un hermano del propietario, que llamó a su hermano para que le diese permiso a la policía para que registrara la tienda por si habían robado algo. Ana, mi amiga, y yo estábamos cada vez más nerviosos, pero descubrieron que fue un simple despiste del que trebejaba allí el Sábado, que se olvidó de cerrar.
Para agradecérnoslo, nos regalaron unas cúpulas de chocolate Vodka (vamos, unos bombones rellenos de vodka al chocolate), que le regalamos a nuestros padres.
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